El paro sin asistencia a los lugares de trabajo es absolutamente legítimo y legal. Se ha anunciado conforme lo dispone el ordenamiento jurídico y por una entidad sindical con personería gremial otorgada por el Ministerio de Trabajo de la Nación hace 15 años. La medida de acción directa, como la que desarrollará A.M.Pro.S, la semana próxima, está amparada en la constitución nacional, leyes nacionales, provinciales y jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La medida es legítima ya que los profesionales de la salud, soportaron y soportan el trabajo abrumador que significa y significó la pandemia, sin haber obtenido reconocimiento moral o laboral por parte de los Políticos que con aparente buenos modales, agradecen en público y castigan al sistema y los profesionales en privado.
No podemos tolerar que luego del desgaste que significó enfrentar la pandemia, se sume al desgaste que significa que se burlen y amenacen a los profesionales de la salud por ejercer el derecho a huelga que les asiste.
Se burlan; porque con buenos modales, conferencias de prensa, panfletos y afiches, anuncian a la comunidad la regularización de 2700 profesionales de la salud, pero en los hechos sólo han regularizado un grupo minúsculo, sin haber aportado a la fecha un listado y cronograma serio de regularización.
Amenazan en privado y de forma permanente a los profesionales de la salud, aún en el medio de la primera ola de contagios, con no regularizarlos si no se someten a sus apetencias políticas y laborales; como si el cumplimiento de la ley fuera un dádiva o un gesto de generosidad de su parte.
Los profesionales de la salud decimos BASTA, y exigimos:
Invitamos a todas las asociaciones de profesionales a adherirse a la presente medida en defensa de los profesionales de la salud, que son los pilares fundamentales del sistema de salud mendocino, público y privado.
Invitamos a los jefes de servicios, secciones y departamentos a exigir a sus superiores que respeten a los PROFESIONALES DE LA SALUD, dotando al personal de reconocimiento que se merecen, no prestándose a las presiones que realizan los directores de hospitales, gerentes asistenciales, subsecretarios y ministros. Es el momento de exigir para sí y sus profesionales condiciones dignas y equitativas de trabajo.