Las organizaciones sindicales abajo firmantes nos unimos para enfrentar con mayor eficacia la injusticia que supone tratar al salario de los trabajadores/as como una ganancia y para demostrar que existen alternativas económicas viables para que paguen impuestos quienes sí obtienen utilidades en sus respectivas actividades económicas productivas o especulativas.
Por este medio queremos convocar a otras organizacionesgremiales y -en particular- a los trabajadores/as sindicalizados, no sindicalizados y jubilados/as alcanzados por el tributo que consideren injusta la aplicación de este impuesto sobre sus salarios a emprender una lucha que nos libere de este descuento insostenible y nos permita demostrar la existencia de sustitutos económicos que compensen la eliminación de este impuesto profundamente desvirtuado durante estos años y de notorio carácter confiscatorio.
Los trabajadores/as que sufrimos el impuesto al salario tenemos razones suficientes para decir BASTA pero está claro que eso solo no alcanza. Debemos alcanzar un grado superior en la organización de nuestros argumentos, de precisión en la comunicación de nuestras razones y de masividad de nuestras acciones que genere un cambio concreto respecto a quiénes deben tributar porque efectivamente obtienen ganancias y quienes no debemos hacerlo.
Reiteramos que los trabajadores/as producimos riqueza con nuestra fuerza de trabajo y a cambio recibimos un salario. Las ganancias se la llevan otros actores económicos tanto privados como estatales. No somos nosotros los beneficiarios de ese excedente económico. Por lo tanto, es ilegítimo considerar a los trabajadores/as como si fueran empresarios o especuladores financieros o supuestos ganadores de juegos de azar todos los meses.
Para no caer en generalidades queremos dar ejemplos concretos de los efectos cotidianos que genera esta situación: los trabajadores/as que sufrimos el impuesto al salario dejamos de percibir, en algunos casos, el equivalente a nuestro aguinaldo y, en otros, hasta cuatro sueldos mensuales durante el año, recibimos solo una parte de los acuerdos salariales pactados y cuando nos jubilamos continuamos pagando el impuesto.
Paralelamente, cobrar un plus por zona desfavorable o mayor antigüedad o por realizar guardias u horas extras o adquirir mayores habilidades que impliquen mejorar nuestra condición escalafonaria -logros de la lucha colectiva de muchos años y/o producto de la perseverancia individual- se transforma en un castigo salarial porque habilita a realizar descuentos desmedidos por sueldos percibidos y por cambios en el encuadramiento impositivo. Además, por otras vías, estamos impedidos de cobrar las asignaciones familiares y, en general, pagamos otro tributo absolutamente desactualizado como es Bienes Personales.
Sostenemos que sobran razones para liberarnos del impuesto al salario y que los intentos sectoriales o negociaciones individuales no alcanzan para dar una respuesta contundente y masiva a este problema que se agrava año a año y hace más difícil nuestra pelea colectiva contra la inflación real.
Garantizar la unidad y la movilización de los trabajadores/as sindicalizados, no sindicalizados y jubilados alcanzados por el impuesto al salario, comunicar con precisión nuestros argumentos y presentar propuestas alternativas viables son nuestro desafío y nuestra obligación como integrantes de organizaciones sindicales.
Como lo demuestra la historia de los trabajadores/as en la República Argentina, ninguna reivindicación por más justa que sea, se logra sin unir la suficiente cantidad de fuerzas y razones como para que quienes detentan el poder modifiquen su accionar. La democracia -que los trabajadores/as ayudamos a conquistar- nos permite un marco adecuado de resolución de conflictos que debemos utilizar con todos los cuidados y toda la firmeza.