Iván Duarte es licenciado en Enfermería, delegado de AMProS y pelea por su vida en una cama del Hospital Carrillo después de haber trabajado en la primera línea de batalla. Su pedido es concreto y tras el agravamiento de su cuadro de COVID-19 que ya se llevó la vida de su hermano, imploró el cambio al Régimen 27 para dejar a su familia cubierta, en caso de que él perdiera la vida.
Ante hechos que angustian profundamente y pueden tener solución, la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud exhorta al gobernador Rodolfo Suárez y a la ministra Ana María Nadal, a que entiendan que quienes exponen y arriesgan su vida en esta pandemia necesitan en forma inmediata, de un gesto que los valore.
Específicamente, ser considerados en el régimen que les corresponde como profesionales de la salud. Y por sobre todas las cosas, de la priorización de la política sanitaria en medio de tanto dolor. La carta escrita por el licenciado Iván Duarte reza: “Mi expediente es el 2597-D-19- 2010 DV 6, Iván Adolfo Duarte, Cuil 20-27324389-6 del Ministerio de Salud. Quizás algunos hayan escuchado mi nombre en la televisión, ya que hace tres semanas falleció mi hermano por COVID-19: Roberto Duarte.
“Hoy me encuentro en la penosa situación de estar internado por COVID-19 con pronóstico reservado, muy angustiado y con temor; no temor a la muerte porque vengo preparándome y es la carrera hermosa que elegí para ayudar y cuidar a las personas sanas y enfermas y asumí ese riesgo. Sí tengo miedo por el olvido, la discriminación; no quiero aplausos por mi muerte si llegase a pasar, quiero reconocimiento por parte del gobierno.
“Soy licenciado en enfermería egresado de la Universidad Nacional de Cuyo, con seis años de carrera y una especialización en cuidados críticos y cobro como No profesional: llevo 15 años trabajando en salud. Mi familia cobraría $19.000 pesos de pensión si muriera, eso no es justo. No temo a la muerte, temo a la injusticia y al olvido.
“Vengo desde hace cuatro años peleando por mi pase al Régimen 27 profesional. Pido, imploro al señor gobernador y a la señora ministra que consideren mi pase que se encuentra en el Ministerio de Salud para ser aprobado. Llorando con el alma partida se los imploro. Si muero, quiero morir en paz sabiendo que hay justicia y que mi familia va a estar bien, mi esposa y mi niña Paloma de 11 años: solo pido por ellas para que estén bien.
“Agradezco desde ya a todas las personas que me han acompañado en estos momentos tan difíciles, especialmente a mi esposa que es una guerrera y a mi Nina, a mis amigos y a todos los colegas que nunca dudaron un segundo en darme todo su apoyo. Gracias de corazón y desde el alma”, concluye la misiva.