Por Licenciada Valentina Gattás - Comunicación Institucional AMProS

“Los residentes son el motor del hospital”. Así sintetizan las doctoras Paula Carena, Agustina Vargas y Daniela Martedí, jefas de residentes del Humberto Notti, la tarea que desarrollan estos profesionales en un hospital de envergadura regional. En mayo de 2008, AMProS logró junto a la Legislatura, la reglamentación y puesta en marcha de la Ley Provincial de Residencias, cuyo objetivo primordial fue normalizar el funcionamiento del Sistema de Residencias de los Ministerios de Salud y Desarrollo Social de la Provincia, en OSEP, organismos centralizados, descentralizados y autárquicos.

Una de las principales diferencias con la ley nacional es que tiene un sistema de aprendizaje basado en competencias. Se trata de una formación intensiva a través de la práctica profesional específica dentro de la especialidad.

La jefa de Departamento de Internación Clínica del Hospital Humberto Notti, Mariana Arreghini, detalló las exigencias que, con el apoyo incondicional de los jefes de Servicio, promueven la formación integral de estos profesionales. “El Estado brinda becas, son alrededor de 20 residentes por año los que ingresan en Pediatría del Notti, Perrupato, Paroissien, Schestakow, Scaravelli y Carrillo. Es fundamental destacar que realizan formación en las diferentes subespecialidades dentro de la Pediatría.

“Cuando un profesional ingresa a la residencia, el eje conductor es el paciente. Una de las principales características de nuestra ley provincial es la especificación de que estos profesionales están a cargo de los jefes de Servicio”, sintetizó la doctora Arreghini.

Como la residencia tiene una formación que apunta a la Pediatría General, el Ministerio debería fortalecer la existencia de médicos en lugares de atención primaria de la salud, para que pudieran coordinar la posibilidad de realizar las residencias en estos efectores sanitarios, como postas y centros de salud.

“Los jefes de Servicio y de Departamento nos encargamos de que los residentes de Clínica Pediátrica aprendan los programas en nuestra sede. Este año incorporamos las evaluaciones dirigidas al aprendizaje-competencia, que reúne no solo los conocimientos conceptuales, sino las habilidades, destrezas y actitudes profesionales: concretamente, frente a la situación clínica. La residencia es un sistema de aprendizaje muy particular porque aprenden con la cantidad y el aval de pacientes que tienen los servicios”, agregó la doctora Arreghini.

Los residentes tienen una carga horaria con actividades asistenciales durante la mañana. A partir del mediodía, comienza la actividad académica hasta las 17 y luego la guardia. Durante la siesta, tienen el tiempo protegido para la actividad académico-científica: a través de ateneos, se presentan casos clínicos y son debatidos por residentes de todos los hospitales que tienen Pediatría. 

La doctora Arreghini Catana remarcó que “es fundamental la incorporación de la investigación, gestión, manejo de tecnologías y la aplicación de competencias transversales. Independientemente del efector en el que se realice la residencia de Pediatría, es muy positivo que todos los profesionales aprendan lo mismo”.

En este sentido, sobresale la figura de los Instructores, que en este hospital son cuatro médicos ex residentes, por lo cual es una ventaja que ya conozcan el manejo de la institución. Pero también pueden ser profesionales de planta del hospital con mayor carga horaria.

Por su parte, la doctora Agustina Vargas agregó que “el respeto al paciente es fundamental. Por ello los residentes deben ser guiados y supervisados por los médicos de planta, los instructores y los jefes de servicios”.

En este sentido, la ley prevé la implementación de un seguimiento y evaluación llamado mini-CEX (Mini-Clinical Evaluation Exercise): mediante una grilla, los profesionales examinan cómo se desenvuelven estos médicos ante situaciones clínicas diarias. Además, existe un trabajo de investigación y una evaluación de proceso en la que intervienen todos los actores: jefes de servicio, médicos de planta, instructores y jefes de residentes.

Finalmente, uno de los puntos más sobresalientes de la Ley de Residencias de Mendoza es que las evaluaciones integrales van acompañadas de las competencias transversales inherentes a todas las profesiones y especialidades médicas: honestidad, confidencialidad y secreto profesional, toma de consentimiento informado, respeto a la autonomía del paciente, muerte digna, uso de las tecnologías y comunicación para hacer telemedicina. A modo de ejemplo, realizan el ateneo interresidencia, garantizando un aprendizaje simultáneo para los residentes de todos los efectores de salud a través del uso de la tecnología.

Las satisfacciones son múltiples: “La del Hospital Notti es la residencia más grande en cuanto a recurso humano. Es un gran desafío la coordinación, ya que no importa en qué servicio están: todos tienen que saber exactamente lo mismo. La Jefatura implica estar atrás de la formación de sus profesionales”, detalló la doctora Paula Carena, una de las titulares de esta área.

En cuanto a la rotación, los profesionales pueden solicitar su residencia en otros efectores a nivel nacional o en el extranjero. “Si de algo pueden jactarse quienes hacen residencia en hospitales de gran envergadura como el Gutiérrez o el Garrahan, es que la calidad de formación es la misma. Ellos se sorprenden al ver el manejo que tenemos de los pacientes: tienen todas las especialidades en la Guardia, mientras nosotros manejamos en sala muchos casos. En la parte académica el nivel nuestro es de excelencia, la única diferencia es que quizás tienen más tecnología”, concluyó la doctora Daniela Martedí.